El colapso de las stablecoins: octubre de 2025 marcó un antes y un después en el mercado cripto
Si miras lo que pasó el 11 de octubre de 2025, fue una de las fechas más duras para el mundo cripto. En pocas horas se perdieron más de 19.000 millones de dólares en liquidaciones de inversores apalancados.
Lo más grave no fue solo la caída de Bitcoin o Ethereum, sino el desplome de las stablecoins algorítmicas, que perdieron por completo su paridad.
Ese día quedó en evidencia algo incómodo: los sistemas de colaterales, precios y gobernanza tenían fallos mucho más profundos de lo que muchos querían aceptar en un mercado que se creía estable.
Stablecoins: ¿estabilidad prometida o falsa seguridad?
Las stablecoins, esos “dólares digitales” del mundo cripto, se crean para que valgan siempre lo mismo que el dólar u otra moneda tradicional, pero la caída de octubre dejó claro que esa estabilidad no está escrita en piedra.
Las que tienen respaldo real, como USDC o Tether, aguantaron mejor, pero varias algorítmicas (basadas solo en contratos inteligentes y algoritmos) se desplomaron.
¿La raíz del problema? No había un sistema de rescate sólido ni garantías claras, y todo eso quedó brutalmente expuesto. Muchos inversores entendieron, por fin, el riesgo oculto ahí.
El detonante: fallos en el sistema de colaterales y precios internos
El origen del colapso estuvo en un exchange global que ofrecía una Cuenta Unificada, donde los usuarios podían usar distintos activos como garantía, incluidos derivados como wBETH y BNSOL.
El gran problema fue que todo se valoraba con un sistema de precios interno, sin oráculos externos ni mercados de rescate que corrigieran desajustes, lo que abrió la puerta a que algunos actores manipularan el precio de los colaterales y se activaran liquidaciones masivas, en cadena y casi sin freno.
Como explicó John Murillo, director comercial de B2BROKER, era un sistema montado sobre garantías mal protegidas frente a la volatilidad: bastó que fallara una pieza para que todo el esquema cayera como un castillo de naipes. Muchos se dieron cuenta demasiado tarde de ese riesgo oculto.
El fallo de las stablecoins algorítmicas
La parte que realmente se salió de control fue la de las stablecoins algorítmicas. ¿Sabes por qué? Porque, a diferencia de las que están respaldadas por activos reales, estas dependen totalmente de algoritmos que deberían ajustar la oferta para mantener la paridad.
Suena bien en teoría… pero, ¿qué pasa cuando el mercado presiona más de lo que esos algoritmos pueden manejar? Exacto: fallaron. No reaccionaron a tiempo y todo se vino abajo.
Y aquí es donde Murillo lo resume perfecto: “La confianza es la base de todo el mercado financiero”. Y uno se pregunta… si la confianza en estas monedas se sacude así, ¿qué no va a temblar en el resto del mercado, verdad?
Consecuencias para el mercado de criptomonedas
Si miras todo el panorama, este colapso no solo golpeó a las stablecoins, también movió la forma en que muchos ven al mercado cripto en general.
Bitcoin, por ejemplo, está peleando por mantener la zona de los 90.000 dólares, y no se descarta una caída hacia los 82.000, según los análisis posteriores. Y claro, tú ves eso y piensas: ¿de verdad este entorno es tan “estable” como decían?
El problema va más allá del precio. La crisis dejó una duda enorme: ¿son las stablecoins realmente una herramienta financiera confiable a largo plazo, sobre todo si hablamos de adopción institucional?
Entonces, ¿qué tiene que cambiar? A partir de lo que pasó, el futuro de las stablecoins debería sostenerse sobre 3 pilares muy claros: garantías tangibles y auditables (no solo algoritmos bonitos sobre el papel), sistemas de precios conectados a fuentes externas confiables, como oráculos descentralizados, y mecanismos de rescate listos para actuar cuando todo se pone feo.
Al final, lo que pasó en octubre de 2025 fue una llamada de atención. Si el ecosistema cripto quiere ser una alternativa seria al sistema financiero tradicional, tiene que reconstruir confianza con estructuras reales, no solo con promesas bien redactadas.

