China, Rusia y otros países comparten moneda digital
Los líderes de los países que constituyen el bloque BRICS, (China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica), han discutido la creación de una moneda digital compartida que estaría dirigida a los acuerdos comerciales y a alejar aún más a las naciones participantes de la «larga sombra del dólar estadounidense».
Las discusiones surgieron de una de las reuniones del consejo empresarial del bloque económico y político de esta semana, en la que los funcionarios del BRICS consideraron formalmente ese esfuerzo por primera vez, informó el medio ruso RBC.
El diálogo no dio lugar a planes concretos, por lo que por ahora faltan detalles y es posible que el proyecto no despegue por ahora, ya que harán falta considerables cambios.
«No será dinero digital todavía, podemos decir que será un flujo de documentos sin papel para facilitar las transacciones», argumentó Nikita Kulikov, que estuvo presente en la reunión del Consejo.
Pase lo que pase, es significativo que los países BRICS hayan considerado incluso la posibilidad de crear su propio sistema de asentamiento en cadena, ya que comprenden algunas de las economías emergentes más influyentes del mundo y albergan colectivamente a más de 3.000 millones de personas. Si el BRICS ha considerado una moneda digital compartida, otros también lo harán, y las consecuencias de ello podrían ser profundas y duraderas.
¿El amanecer de la desdolarización?
Los esfuerzos para «desdolarizar» han ido en aumento en el escenario mundial recientemente, y en ningún otro lugar esa dinámica ha sido más clara que en Rusia, siendo la participación del país en las mencionadas discusiones del BRICS lo último que ha ocurrido en su campaña para trascender el significado del dólar.
Por ejemplo, en los últimos dos años se han presentado en Rusia varias propuestas de iniciativas de moneda digital respaldadas por el Estado, todas ellas en el contexto de los principales líderes rusos que desean que el país se libere más del dólar y de las sanciones comerciales de Occidente.
El verano pasado, Andrey Kostin, director del principal banco ruso VTB, trazó un camino para que la nación pudiera utilizar menos dólares en las transacciones internacionales. Desde entonces, los funcionarios rusos han aportado ideas relacionadas sobre cómo la tecnología de criptomonedas podría desempeñar un papel en la campaña de desdolarización del país. Las propuestas han variado desde la criptografía respaldada por oro o petróleo hasta una moneda estable vinculada al rublo ruso.
«La criptomoneda respaldada por el petróleo permitiría a los países productores evitar cualquier restricción financiera y comercial que se haya vuelto excesiva en los últimos años», dijo el ex ministro de energía ruso Igor Yusufov en octubre de 2018.
Un mes más tarde, el presidente del comité de finanzas de la Duma Estatal, Anatoly Aksakov, propuso la creación del «cripto-rublos» que sería respaldado por el banco central de Rusia.
Por otra parte
Funcionarios rusos también han participado en discusiones con colegas de la Unión Económica Euroasiática (UE), que Rusia encabeza junto con Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán, para crear una moneda digital compartida para el bloque que podría ser lanzada ya en el año 2020.
Como explicó Alexey Moiseyev, entonces viceministro de Finanzas de Rusia, sobre la iniciativa de la UE:
«El número de empresas nacionales que actualmente están siendo sancionadas sigue aumentando, y escuchamos amenazas de que se introducirán más sanciones. Así que tenemos que reaccionar creando sistemas confiables de pagos internacionales que no estén ligados al dólar estadounidense».
En una línea similar, los funcionarios chinos han dicho que una de las grandes motivaciones detrás de su actual esfuerzo en yuan digital es afianzar aún más la soberanía monetaria de China, un golpe implícito al espectro del dólar estadounidense.
Entre Rusia y China, sin duda existe la voluntad política en el seno del BRICS de seguir adelante con el trabajo que podría ayudarles a salir del USD. Queda por ver si el bloque seguirá adelante. Pero todo el asunto relacionado directamente con la criptoeconomia podría ser un hilo conductor geopolítico clave para seguir adelante.